domingo, 9 de octubre de 2011

AL COMPAÑERO EDUARDO ROSENZVAIG


AL COMPAÑERO EDUARDO ROSENZVAIG

QUISIERA RECORDARTE ASI COMO ESE DIA EN LA PRESENTACION DEL LIBRO “JAQUE A LA IMPUNIDAD” AQUÍ EN NEUQUEN.

CUANDO HICISTE ESTREMECER AL AUDITORIO Y EN PARTICULAR A MI HIJA ARIADNA FUENTEALBA .

.TUS PALABRAS DEL PRÓLOGO DE ESTE LIBRO FUERON RELATADAS EN FORMA TAN POÉTICA, TAN LITERARIA COMO POLÍTICA, COMO HUMANA. DE UNA SENSIBILIDAD INCREIBLE.

ESA NOCHE A POSTERIOR DE LA PRESENTACIÓN TE AGRADECÍ ESA POÉTICA QUE EN EL RELATO MAS CRUEL DEL ASESINATO DE CARLOS, MIS HIJAS ESCUCHARON TU SENSIBILIDAD E INDIGNACIÓN ANTE EL HORROR.

EN TUS BANDERAS DE “NO” A LA IMPUNIDAD, INCLAUDICABLES. NO DUDASTE EN SER PARTE DE ESTA LUCHA,” POR JUSTICIA COMPLETA” .

A VOS EDUARDO

QUE TE CONOCI EN EL MOMENTO MAS DIFICIL DE MI VIDA Y ALLI ESTUVISTE

A VOS EDUARDO,

COMPAÑERO DE LUCHA, COMPAÑERO MILITANTE DE LA VIDA.

A VOS EDUARDO

QUE ENFRENTASTE LA VIDA DESDE TODAS SUS ARISTAS, SIN TEMOR, SIN DUDAR .

MI HOMENAJE PARA ESTE HOMBRE QUE SE MERECE TODO MI RESPETO Y MI CARIÑO ESE QUE SIN CONOCERNOS FUE TRANSFORMADO POR EL DOLOR DEL FUSILAMIENTO DE CARLOS.

PENSÁNDOSE COMO PADRE, COMO HERMANO, COMO COMPAÑERO, COMO MAESTRO , COMO PARTE..

GRACIAS

HASTA LA JUSTICIA COMPLETA

HASTA LA VICTORIA SIEMPRE

SANDRA RODRIGUEZ

COMPAÑERA DE VIDA DE CARLOS FUENTEALBA.

COMISION CARLOS PRESENTE JUSTICIA YA.

A CONTINUACIÓN COMPARTIMOS EL PRÓLOGO QUE ESCRIBIÓ EDUARDO PARA NUESTRO LIBRO

"Jaque a la Impunidad. Crónica del primer juicio"

LA TIERRA OCUPADA POR EL PUEBLO

"Como el dinero no lleva escrito en la frente su origen, todo, sea o no mercancía, se convierte en dinero. Todo se puede comprar y vender. La circulación es como una gran retorta social a la que se lanza todo, para salir de ella cristalizado en dinero. Y de esta alquimia no escapan ni los huesos de los santos ni otras res sacrosanctae extra comercium hominum mucho menos toscas. Como en el dinero desaparecen todas las diferencias cualitativas de las mercancías, este radical nivelador borra, a su vez, todas las diferencias. Pero, de suyo, el dinero es también una mercancía, un objeto material que puede convertirse en propiedad privada de cualquiera. De este modo, el poder social se convierte en poder privado de un particular. Por eso, la sociedad antigua lo denuncia como la moneda corrosiva de su orden económico y moral. La sociedad moderna, que ya en sus años de infancia saca a Plutón por lo pelos de las entrañas de la tierra, saluda en el áureo Grial la refulgente encarnación de su más genuino principio de vida." (C. Marx, El capital)

Este libro es la contrastación luminosa de lo que el capitalismo no puede hacer, y está condenado a no soportar, que haya otra sociedad con principios de vida diferente al dinero. Que el poder social se transforme en histórico, es decir en afirmación del hombre y sus posibilidades.

Un texto así no es sólo un gran homenaje a Carlos Fuentealba, ante todo es pasión social concretizada. Pasión sindical cuya esencia es la defensa de la clase. Pasión por llegar hasta los límites donde el resto de la argentina duda. Pasión esencial y solidaria. Pasión que persigue la reconstrucción de la subjetividad y la silueta de una nueva conciencia. Pasión por desbaratar el ocultamiento, los silencios y el crimen. La potencia humana objetivada en reclamos, contiendas callejeras, demandas, señalamientos de culpables y

bochornos, ese forzar a la justicia para que sea justa, ese doblar a la historia para que se comporte tal. Este libro lleva escrito en la frente, su origen: toda lucha por la justicia, triunfe o no, se convierte en histórica. En el fondo de esta brega, nada se puede comprar ni vender. El maestro fusilado es como una gran retorta social a la que se lanzan otros muchos crímenes del gatillo fácil, desde una clase política y económica loca por mantener privilegios, para salir de ella cristalizada la vida. De esta alquimia escapan

los huesos de los santos.

El combate social es el gran desnivelador. En él aparecen las diferencias de grupos, de clases, de corporaciones. Recrea teóricamente diferencias para impugnar desigualdades reales y borrarlas. Cruzando por arriba del dinero, el poder social muta a socialismo del poder.

Un libro así es la síntesis apretada de un recorrido de almas e ideas, de prácticas y reuniones con acuerdos y desacuerdos, de marchas e inteligencias colectivas. Otra vez, y como en tantas oportunidades históricas, se puede decir siguiendo estas páginas que la muerte del maestro no fue en vano. Y esa fotografía con el cartel donde su imagen explica el asesinato («Aquí dio su última clase…») dice de otra manera sobre el asfalto, en el borde de la tierra bajo los gases y los chorros de los camiones hidrantes, que esa clase es su atributo. En la última clase, atestada de seres y de marchas y consignas contra lo injusto, está él mismo, es él. Vulnera al dinero, el cual es la «inversión general de las individualidades a las que convierte en sus contrarios y agrega atributos contradictorios a sus atributos». Si el dinero es «la fraternización de las imposibilidades», ese pedazo de tierra sobre el que se eleva el cartel en este libro hecho de palabras significado de actos y conciencias que se alimentan en red, resulta la fraternización de las posibilidades. La autorización legal concedida a los partícipes para que puedan realizar un acto jurídico, que en aten condiciones normales sería nulo, por no tener el agente capacidades necesarias para realizarlo, pero aquí ocurre por acción y efecto de la historia y del forzamiento popular de lo imposible. En la música de estas páginas hay sin duda un camino trazado para todos nosotros. En la ruta nacional 22 a la altura de Arroyito y simultáneamente en la ruta que une la localidad de Añelo y Cutral Co, el dinero, forma impersonal de la riqueza, disparó balas de goma personales y un proyectil fusiló con piedras, plomo, estaño, acero, hierro oxidado, chatarra y aluminio a un maestro. De sus células victoriosas nacieron potencia y acción. Y Plutón, rey de los Infiernos, de los Muertos y de la Riqueza huye tras los ladridos de la condena perpetua. Y el Grial, vaso dorado y de esmeralda que decían sirvió a Jesús en la última cena y en el que José de Arimatea recogió la sangre que manó de su costado herido por el centurión, buscado durante siglos por su valor simbólico pasado a dinero, es poco probable que hubiera sido tan lujoso en una cena de pobres, pero de todos modos el vaso de latón recuperado es donde tantos compañeros recogieron ese día la sangre del costado herido de Fuentealba por el centurión.

Eduardo Rosenzvaig. Tucumán, julio 2010.-