miércoles, 15 de mayo de 2013

EN OBRA: NUEVO MÁS. DOCUMENTAL SOBISCHISTA


Compartimos los descargos realizados por compañeras y compañeros que participaron genuinamente y colaboraron con el documental del NUEVOMAS "En Obra" que es eso, un documental del NUEVO MAS. NO ES SOBRE CARLOS FUENTEALBA: es un película obsena, mentirosa y sobischista. 
Las palabras de los compañeros de Carlos que dieron testimonio. Y solicitan se retiren sus declaraciones del mencionado documental.

A las autoridades del INCAA                        Neuquén 05 de Abril de 2013

Sra. Liliana Mazure (Presidencia)
Sr. Rómulo Pullol (Gerencia general)
Tec. Verónica Graciela Sánchez Gelós (Gerencia de fiscalización)
Dr. Orlando Pulvirenti (Gerencia de asuntos jurídicos) 

UNA RESPUESTA AL DOCUMENTAL “EN OBRA”

Soy José Chiquito Moya, uno de los testimonios que el director ofrece a lo largo de su documental. Podría hablar por otros compañeros, yo diría por casi todos los allí sometidos a ese rigor poco científico, pero prefiero que cada uno explique lo suyo desde su punto de vista.
El mío es el siguiente: fui manipulado políticamente. Me presté a colaborar en un documental reivindicando a Carlos Fuentealba y terminé aplaudiendo la ubicación política de un sector de la izquierda argentina. Apresúrome a aclarar que, primero: habiendo sido parte histórica de esa corriente, en nada comparto el balance expuesto allí de los elementos vertidos respecto a la lucha que rodearon y rodean la muerte del compañero Carlos; que tampoco comparto el protagonismo sugerido por esa corriente de izquierda respecto a la lucha de justicia para Carlos que allí, subliminalmente, se atribuyen; que, reivindicando al principal protagonista de la película en discusión, que no es otro que Alcides C. en cuanto a su reconocida y antigua lucha por los trabajadores, de la que fui junto con tantos otros parte, como ya dije antes, creo que es un malabar histórico, cuando no una perversa maniobra, querer “subirse” a la tragedia de Carlos para proyectar su figura política.
Respecto del film, en sí, creo importante destacar lo siguiente: es cuando menos insólito, por no decir “delito de lesa información” recrear la lucha por Carlos, sin apoyarse en el testimonio, sino el más relevante y vital, que es el de la compañera Sandra, en todo lo que eso significa, esto es humanamente y políticamente. Creo que esta ausencia automáticamente invalida todo. Pero no es la única: también desaparece como por arte de magia (y no por economía de tiempo) el rol de COCAPRE; el de  ATEN de esa época, incluida la de sus máximos dirigentes, y el de su multitudinaria base; el de la familia de Carlos (sus hijas);  el de la tremenda repercusión nacional e internacional; el del juicio al autor material del hecho, si mal no recuerdo el primero en su género, que sienta una interesante jurisprudencia; etc.
Unas palabras respecto a la metodología de “fabricación”: cortar hay que cortar, pero no se puede de cada entrevista cortar aquello que hace a la esencia del pensamiento del entrevistado. Lo que justifica que sea entrevistado.
Si se trataba de la parte UOCRA de la cosa se tendría que hacer una película de la UOCRA. (coincido en que es la parte que me gustó)  En cuyo caso hubiéramos podido polemizar abiertamente acerca de las causas de su desaparición, que también el film elude; de sus varios otros grandes compañeros dirigentes y no dirigentes que también el film ningunea. En fin.
Por todo lo expuesto y por todo lo que me ahorro exponer por motivos de tiempo y salud mental, creo que habría que encontrar la vuelta para que este así llamado documental, no exponga sus sectarias visiones de una gran gesta como fue y es la de Carlitos Fuentealba, a las ávidas mentes en busca de referenciarse en nuestros verdaderos mártires.
De ser posible quisiera que mi testimonio sea borrado, no de la faz de la tierra, sino del celuloide subsidiado.  Respeto el esfuerzo del Incaa, soy un ferviente seguidor de su proyección (no es un chiste) y le deseo todo lo mejor en este futuro venturoso de este país venturoso, ahora en plena marcha reforzada. Hagan de manera de que no se me caiga un ídolo.
Gracias.
José Chiquito Moya
D.N.I : 7.790.577


A las autoridades del INCAA                                 Neuquén 05 de Abril de 2013

Sra. Liliana Mazure (Presidencia)
Sr. Rómulo Pullol (Gerencia general)
Tec. Verónica Graciela Sánchez Gelós (Gerencia de fiscalización)
Dr. Orlando Pulvirenti (Gerencia de asuntos jurídicos)

No pongo mi voz ni mi persona al servicio de la mentira
El 4 de Abril pasado, asistí al pre estreno de la película En obra, invitada por su autor Ariel Boreztein. Asistí  porque había prestado mi voz y mi memoria para un documental sobre Carlos Fuentealba en su rol de trabajador, docente y militante socialista. Conocí a CARLOS y también a Sandra Rodríguez, su compañera y madre de sus hijas, en el año 1989, momentos en que éramos militantes del MAS.
Muy lejos de encontrarme con un relato de la vida de Carlos, presencié con mucho estupor, como mi palabra y mi persona, fueron  utilizadas  para dar una versión que para nada comparto de la UOCRA  que dirigió el Mas (1989-1991), de las luchas de los desocupados y lo que es más grave aún, de la lucha docente  y el asesinato de Carlos en el 2007 durante la huelga de la que participé como el conjunto de maestras y maestros.  Huelga cuya represión planificada, dirigida y ordenada  por el entonces gobernador del MPN  Jorge Sobisch provocó el asesinato público de Carlos en Arroyito. El autor de la película por medio de los dichos de los entrevistados deja planteado un relato que coincide con el que el gobierno quiso imponer en la opinión pública después de la muerte de Carlos para justificar la represión y eludir responsabilidades del asesinato, versión oficial contra la que hemos batallado junto a Sandra, Aten y el conjunto de organizaciones sociales y políticas desde el 2007, exigiendo Juicio y  Castigo a los responsables políticos e ideológicos del asesinato de Carlos Fuentealba.
En ningún momento de la entrevista que me realizó el autor, se me aclaró que se utilizaría de esa manera mis opiniones que brindé con total honestidad, para  una película que justifica la represión y corre la responsabilidad del gobierno del MPN en el asesinato de Carlos.
Es por eso que solicito al INCAA, como lo manifesté públicamente al autor, no se continúe difundiendo con mi palabra y mi persona la película En obra en los espacios en los que dicho instituto tiene convenio.
Virginia Mulhall
DNI: 12.804.805
A las autoridades del INCAA                                                             Neuquén 05 de Abril de 2013

Sra. Liliana Mazure (Presidencia)
Sr. Rómulo Pullol (Gerencia general)
Tec. Verónica Graciela Sánchez Gelós (Gerencia de fiscalización)
Dr. Orlando Pulvirenti (Gerencia de asuntos jurídicos)

El 4 de abril pasado se cumplieron seis años del asesinato del maestro Carlos Fuentealba en la provincia del Neuquén. Con el paso de los años los hechos están claros en la conciencia de los docentes y los ciudadanos de todo el país que aún reclaman justicia. Se trató de un fusilamiento decidido por Jorge Omar Sobisch, en aquel entonces gobernador; fue prolijamente planificado y organizado la noche anterior durante una reunión selecta del gabinete provincial y la jerarquía policial en la Residencia de la Costa. Ahí, Sobisch dio la orden, quería dar un escarmiento que lo proyectara como la figura de “la mano dura” a nivel nacional, un docente debía morir. A la mañana siguiente, en Arroyito, las tres oleadas con que técnicamente se compuso la bárbara represión eran supervisadas telefónicamente por el gobernador. En esas llamadas se presionó hasta concretar la ejecución de uno de los manifestantes que pacíficamente se retiraban hacia Senillosa; resultó ser Carlos.

La exigencia de justicia surgió en Neuquén con una masividad inédita, se extendió a todas las provincias como uno de los sentimientos más colectivos de estas décadas de democracia y produjo un enorme pronunciamiento internacional.
Hubo grandes marchas, actos, recitales, exposiciones y otras eventos ejemplares que comprometieron a intelectuales, artistas, juristas e instituciones de gran reconocimiento, pero el protagonismo fundamental lo tuvieron los miles de docentes anónimos y el pueblo, en plazas, escuelas, bibliotecas, sociedades de fomento e intendencias de todo el país, que realizó y aún realiza acciones reclamando justicia y conmemorando la figura de Carlos Fuentealba.
La fuerza del reclamo habilitó, durante el primer semestre de 2008, el juicio al autor material que hizo el disparo, el cabo de policía Darío Poblete. El fallo fue: prisión perpetua. La base del juicio fue el testimonio de cerca de cincuenta (50) docentes, mayoritariamente maestras, que habían sido víctimas del operativo represivo en el que se cometió el fusilamiento.
 Por los motivos de esta nota, cabe destacar el riesgo singular y la valentía necesaria para testimoniar contra la única estructura política del país que ha mantenido el poder provincial a pesar de todos los cambios, incluidas las dictaduras, durante 50 años, que opera con métodos mafiosos, que cuenta con un nutrido antecedente de crímenes impunes y que maneja la institución policial como su guardia armada.
Concluido aquel juicio quedó pendiente conseguir que se juzgue al autor mediato, a quien lo concibió de manera intelectual y lo hizo llevar a cabo, el ex gobernador Jorge Sobisch.
En el centro de este enfrentamiento,  desigual y épico, para romper el blindaje de cincuenta años de impunidad del Movimiento Popular Neuquino, estuvieron como rostros públicos más expuestos y abnegados: Sandra Rodríguez, compañera de Carlos Fuentealba y madre de sus dos hijas, también maestra, y los docentes que integraban la conducción provincial de la Asociación de Trabajadores de la educación del Neuquén (ATEN).

Me disculpo anticipadamente por algunas adjetivaciones que tornan subjetivos los párrafos anteriores, pero destaco que mayoritariamente no es más que información fácilmente comprobable de los hechos ocurridos, del contexto, de su magnitud y protagonistas.
La reseña anterior se hace necesaria porque quiero apelar a ustedes como autoridades del INCAA, a su prestigio, honestidad y valores éticos para que resguarden mi imagen y mi voz de un hecho en el que he sido estafado y que eventualmente los implica.
En el año 2009 vinieron a mi casa el periodista Ariel Borenstein y el cineasta Damián Finvarb; me propusieron realizar una grabación para un documental que trataría la trayectoria, la figura y el asesinato de Carlos Fuentealba. Cabe aclarar que yo conocí a Carlos en el año 1989 cuando él era empleado de la UOCRA Sec. Neuquén y yo integraba como secretario de prensa esa conducción; compartíamos también la militancia en el Movimiento Al Socialismo de la época. Luego, no nos vimos por varios años pero el destino nos volvió a unir en la tarea docente y fuimos compañeros de trabajo en una escuela, participamos en los eventos gremiales de ATEN hasta en la fatídica huelga del 2007.

Con total buena fe y confiado en los antecedentes que exponían Ariel Borenstein y Damián Finvarb, es decir, el apoyo económico e institucional del INCAA y un producto documental anterior de Finvarb, conversé sobre todas aquellas experiencias, en especial sobre el esfuerzo por lograr justicia para Carlos, durante más de tres horas.
Nunca volví a tener noticias de los avances del documental hasta ayer, que fui invitado al preestreno en la sala de la Universidad Nacional del Comahue, en Neuquén.
Podría hacer distintas críticas a desaciertos, errores o directamente falsedades presentadas en el producto final titulado En obra. Pero lo que me preocupa es que mi voz y mi imagen han sido utilizadas en un montaje que rompe, no solo con la objetividad y falsea los hechos, fundamentalmente lo hace con los principios básicos de la ética.
Por los dichos de uno solo de los protagonistas habilita graves acusaciones sin ningún fundamento y edita el resto de las voces de manera que no pueden opinar sobre lo mismo.
De esta forma, con la composición narrativa del peor periodismo, mi voz y mi imagen se ven comprometidas en un producto en el que se afirma que Sandra Rodríguez entregó su reclamo de justicia a cambio de prebendas materiales, que los docentes compañeros de Carlos “negociamos” su muerte y dejamos hacer a la conducción de ATEN, que a su vez, “negoció” con el autor intelectual Jorge Sobisch la estabilidad política de la provincia.
Fuera de toda duda, tamañas sinrazones, en la edición, están obturadas de ser contrastadas por ninguna otra voz, en caso de que valiera la pena hacerlo. Lo real es que, invitado de mala fe, mi imagen y mi voz son utilizadas y quedan presas de  una intencionalidad con la que me niego a estar asociado.

Hasta que pueda averiguar qué derechos legales me asisten para poder retirar las secuencias que me incumben, les solicito arbitren todos los medios necesarios y disponibles por parte del INCAA para suspender el estreno y difusión en los circuitos con los que ustedes tienen convenio, del documental En Obra de Ariel Borenstein y Damián Finvarb.

Sin más, y esperando un resultado positivo los saludo atentamente. 

Eduardo Oscar López
DNI: 11.753.618

http://www.8300.com.ar/2013/04/09/una-respuesta-al-documental-en-obra/